Complicaciones más comunes tras una fractura

Las fracturas óseas son lesiones frecuentes que pueden ocurrir por caídas, accidentes o impactos directos. Aunque la mayoría se recupera correctamente con tratamiento adecuado, es importante conocer las posibles complicaciones que pueden aparecer durante el proceso de recuperación.
 

Identificarlas a tiempo permite actuar de manera oportuna y garantizar una curación segura y efectiva.

 

 

¿Por qué pueden surgir complicaciones?

Después de una fractura, el cuerpo inicia un proceso natural de reparación del hueso. Sin embargo, factores como el tipo de fractura, la edad del paciente, enfermedades preexistentes o una inmovilización inadecuada pueden aumentar el riesgo de problemas durante la recuperación.

 

Las complicaciones pueden ser tempranas (primeros días o semanas) o tardías (varios meses después de la lesión).

 

 

Complicaciones tempranas

1. Infecciones

Frecuentes en fracturas abiertas o cirugías con colocación de placas o tornillos. Los síntomas incluyen dolor intenso, enrojecimiento, fiebre, secreción o inflamación persistente.

 

2. Trombosis venosa profunda (TVP)

La inmovilización prolongada puede favorecer la formación de coágulos en las piernas. Puede manifestarse con dolor, calor o hinchazón en una extremidad.

 

3. Síndrome compartimental

Es una urgencia médica donde la presión dentro de un músculo aumenta peligrosamente, comprometiendo la circulación. Causa dolor intenso, adormecimiento y rigidez del área afectada.

 

4. Reacciones a medicamentos o anestesia

Algunos pacientes pueden experimentar alergias, náuseas o efectos secundarios relacionados con analgésicos u otros medicamentos recetados durante el tratamiento.

 

 

Complicaciones tardías

1. Consolidación retardada o no unión del hueso

A veces el hueso tarda más de lo esperado en sanar o simplemente no cicatriza adecuadamente. Factores como el tabaquismo, mala nutrición o movimiento excesivo del área pueden influir.

 

2. Deformidades o mala alineación

Si los fragmentos óseos no se colocan correctamente, pueden quedar desviaciones que afecten la movilidad o generen dolor.

 

3. Rigidez articular

La falta de movimiento prolongado puede limitar la movilidad de articulaciones cercanas a la fractura. La fisioterapia es clave para prevenirlo.

 

4. Dolor crónico

En algunos casos, los nervios o tejidos blandos pueden verse afectados, generando dolor persistente incluso después de la curación.

 

5. Osteoartritis postraumática

Cuando la fractura afecta una articulación, esta puede desgastarse con el tiempo, provocando dolor y limitación de movimiento.

 

Cómo reducir el riesgo de complicaciones

Los especialistas recomiendan:

  • Seguir estrictamente las indicaciones del traumatólogo.

  • Asistir a controles médicos periódicos.

  • Evitar cargar peso o realizar actividades que retrasen la recuperación.

  • Mantener una dieta rica en calcio, vitamina D y proteínas.

  • No fumar, ya que afecta la cicatrización.

  • Iniciar fisioterapia cuando sea indicado.

Un tratamiento adecuado y la participación activa del paciente son fundamentales para una recuperación completa.

Cada fractura es distinta y cada organismo tiene su propio ritmo de curación. Reconocer los signos de alarma y buscar ayuda profesional a tiempo puede evitar complicaciones severas y acelerar el regreso a las actividades diarias.

 

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Referencias

American Academy of Orthopaedic Surgeon

Mayo Clinic

MedlinePlus

National Institute of Arthritis and Musculoskeletal and Skin Diseases

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